miércoles, 30 de septiembre de 2009

El Camino de Santiago por el norte (Parte II)


... El Camino de Santiago es disfrutar, disfrutar de la gente y de los paisajes. Y eso lo hemos hecho con creces. Cada día era una experiencia nueva y parajes nuevos. Era un gustazo (casi siempre) perderse por los caminos buscando conchas o flechas amarillas. Pedir ayuda a la gente para guiarte y departir un rato sobre la dureza de los montes de la zona, del tiempo, o de las motivaciones de hacer el camino. Tengo que decir, que todas y cada una de las personas que nos hemos encontrado por el Camino, nos han ofrecido toda su ayuda y amabilidad, eso sí, con peor o mejor fortuna. Todos los días nos encontrabamos en el Camino a algún bilbaíno y a algún catalán, ya sea realizando el Camino o viviendo en el sitio por el que pasábamos. Y es que bilbaínos y catalanes los hay en todas partes. Es muy curioso conocer como la vida de cada uno les lleva a sitios reconditos que tú pisas por primera vez.
 

Puede ser, que debido a mis crónicas un tanto negativas de los primeros días, se pueda llegar a pensar que no lo hemos pasado bien. Nada más lejos de la realidad. El Camino y el tiempo nos pusieron a prueba los primeros días y es evidente que sufrimos, pero como para todo en esta vida, hay que sufrir un poco para obtener una recompensa. Los primeros días fueron bastante catastróficos. Íbamos aprendiendo sobre la marcha que nos depararía esta aventura. Sufrimos muchos problemas mecánicos al principio que la experiencia nos ayudo a evitar después, pero claro, arreglar una bici mientras caen chuzos de punta siempre es más complicado. El frío y la humedad te calan hasta los huesos y todo ello mina la moral. Pero después de unos momentos tan duros, como el reventón llegando a Deba, o como los kilómetros de más que tuvimos que hacer para sortear algunos barrizales, te aumentan la satisfacción al cumplir la misión del día. Con todo el chaparrón constante que tuvimos los tres primeros días, no pudimos disfrutar totalmente del Camino, y mucho menos de la gente ya que nadie estaba en la calle merced al tiempo. Pero insisto, la satisfacción de realizarlo fue grande.

 
A partir del lunes, y coincidiendo con la llegada de nuestro nuevo integrante Maikel, todo fue a mejor. El tiempo mejoró ostensiblemente y con ello nuestro ánimo y nuestra experiencia. Mucho más animados y con las piernas más o menos fuertes, salimos de Santander ya con un cielo bastante despejado. A partir de entonces no nos volvería a lover, e incluso hacia final de la semana pasamos bastante calor. Con buen tiempo todo se hace mejor y más fácil y pudimos disfrutar más del Camino y sus paisajes.
 
Según avanzaba la semana, las piernas iban olvidando poco a poco su cargazón y estaban cada vez más fuertes, ya acostumbradas a los esfuerzos diarios a los que las sometíamos, pero empezó a aparecer el fantasma del cansancio. Hacia el miercoles y después de una etapa brutal por unos caminos muy duros, nuestras energías comenzarón a vaciarse. Ya el jueves, y a pesar de contar con horas de luz para llegar a Baamonde, el cansancio nos obligó a parar 20 kilómetros antes en Villalba. Hasta ese momento, sólo la falta de luz nos había impidido continuar con el Camino.
 
El último día fue muy especial...

martes, 29 de septiembre de 2009

El Camino de Santiago por el norte (Parte I)

Se me hace muy complicado hacer un resumen de un viaje tan intenso. Y es que sólo han sido siete días, pero a los tres que lo hicimos nos pareció que llevabamos un mes andando en bici. Quizá eso la ha hecho tan especial; multitud de viviencias, de esfuerzos y de personas en tan corto espacio de tiempo, nos ha hecho creer que llevabamos mucho más tiempo recorriendo la costa.
 
Este viaje, simple y llanamente, es demasiado para sólo 7-8 días. Es demasiado en varios sentidos: son demasiados kilometros al día, excesiva carga para unas piernas poco acostumbradas a la bici como las nuestras. Llevabamos poca preparación pero aún así hemos aguantado, pero claro está, a costa de hacer excesivos esfuerzos y auténticas salvajadas. Al final estas cosas se pagan, como el dolor de piernas que nos llevamos los tres, el cansancio extremo que nos acompañará varios días, las dolencias en la espalda y rodilla que se lleva Asier como premio, los dedos sin fuerza ni para abrir la puerta de casa que me he ganado de sujetar el manillar, ... 

 
El viaje es demasiado también para poder admirar toda la belleza del camino, que es mucha. Preciosos pueblos costeros, acantilados imposibles, playas de mucha belleza, paisajes de postal, bosques de un verde intenso apabullante... demasiado que ver para la velocidad a la que pasabamos. Mientras recorrías algún pueblo que te atraía especialmente, te daban ganas de quedarte todo el día perdiendote por sus calles o por sus playas, pero el planing obligaba a volver a montar en la bici y a buscar el siguiente pueblo. Esto a veces te dejaba mal sabor de boca y con ganas de aprovechar más, pero en seguida te acercabas a otro pueblo o atravesavas una senda preciosa y te ponías a disfrutar. 
 


Demasiado también ha sido el terreno. Totalmente rompepiernas hasta para alguien preparado a andar en montaña. Pendientes de más del 20% llenas de piedras en las que resbalaba la rueda trasera, bajadas peligrosas, barrizales, sendas estrechas llena de zarzas, vallas en medio del camino, incluso había que atravesar un par de playas. Todas estas dificultades hacen, si cabe, más especial el camino pero te obligan a un esfuerzo físico sobervio. Está claro que es preferible caminos reconditos por el medio del bosque o acantilados que atravesar la península por carreteras nacionales. Pero es muy duro.

Mentalmente ha sido una dura prueba. Jornadas interminables de bici hacían que desesperases en algunos momentos, sobre todo en plena subida de un puerto. Y lo peor era por las mañanas, después de haber hecho 120 kilómetros el día anterior y sin haber podido descansar del todo en un albergue, toca madrugar para hacer otros 120 kilómetros más. Así que psicológicamente ha sido demasiado también. Pero todo ha merecido la pena.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Un poquito de por favor

Hemos regresado muy castigados. Se añade el viaje a Vitoria de 6 horas en coche después de dos salidas nocturnas Santiagueras. Por lo tanto, no he tenido ni tiempo ni fuerzas para escribir las conclusiones y adjuntar las últimas fotos. Para mañana escribo algo, así que si a alguine le interesa todavía... un poquito de por favor.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Etapa 7: Villalba - Santiago de Compostela. En manos del apóstol.

Distancia: 134,4 kms
Distancia final: 937,8 kms
Para todos los que tenían dudas de nuestra cabezonería... HEMOS LLEGADO A SANTIAGO. Ahora estoy demasiado cansado como para escribir mucho, y entre vino y vino, y tapa y tapa, se me hace muy complicado hacer un resumen.
Así que mañana más y mejor. Resumen y conclusiones.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Etapa 6: La Caridad - Villalba. En la tierra prometida.

Distancia: 118,2 kms
Distancia acumalada: 803,6 kms
Por fin hemos llegado a Galicia. Desde Figueras, a través del puente que cruza la ría, alcanzabamos Ribadeo y pisabamos, por fin tierras gallegas. Etapa muy dura hoy también, y van... todas. En Mondoñedo comenzabamos una subida de más de 18 kms casi sin descanso, y sumados todos los caminos de pendientes imposibles se nos ha hecho imposible llegar a Baamonde, nuestro objetivo. Y eso que hemos mandado a Maikel más de media etapa por la nacional para ir más deprisa nosotros.
Ya hemos dejado atrás la costa, y el paisaje se torna en un constate suceder de montes verdes salpicados por pequeñas aldeas. La gente sigue siendo encantadora, y es un gustazo compartir unos minutos hablando de cualquier cosa; se desviven además, por ayudarte en lo que pueden. Y hoy hemos necesitado mucha ayuda. La señalización en algunos puntos era muy deficiente y tenemos la extraña habilidad de coger siempre el camino incorrecto en estos casos. Por si fuera poco, en Galicia, las vieras que indican el Camino están al revés que en el resto de comunidades y el desconocer este dato, nos ha hecho recorrer unos cuantos kms extra.
Pero ya estamos cerca, unos 123 kms nos separa de nuestro gran objetivo. Llevamos ya un largo trecho y los kms empiezan a pesar. Las fuerzas están al mínimo, pero la recompensa de llegar a Santiago es suficiente para superar toda flaqueza.
Llega un momento en que el casco, el traje, los guantes y la bici, son un apéndice más de tu cuerpo. Ya ni sientes ni padeces, sólo das pedales e intentas disfrutar el precioso camino; no hay dolor. Hemos disfrutado tanto, hemos visitado tantos pueblos, que pierdes la noción del espacio tiempo: no te acuerdas donde dormiste ayer, o donde bebiste esa sidra tan rica, o cuando pasaste por Cóbreces con esa iglesia tan chula, o si pinchaste pasando por Lourenzá, o pasando Castropol. Muchos recuerdos para mi memoria de pez.
Mañana llegamos a Santiago y nos estamos planteando ir a Finisterre. La logística dictará sentencia. Mañana más, y ya en Santiago, mucho mejor.
P.D.: Mou, muchísimas gracias por tus gestiones, eres un crack.
P.D.2: Vic, que si eso ya te tiro yo la bici en Santiago y así excusas de llevartela hasta Iruñea y que la tires tu allí.

Etapa 5: Cabueñes - La Caridad. Carretera y navegación.

Distancia: 164,4 kms
Distancia acumulada: 685,4 kms

Probablemente la etapa menos dura hasta ahora, aunque la verdad, el nivel estaba bastante alto. También ha sido la etapa más fea (o menos bonita), aunque en ésto el nivel estaba aún más alto.
Casi toda la etapa ha sido por carretera o caminos en condiciones y eso nos ha permitido andar a buen ritmo y recuperar el terreno perdido. Pero el camino no estaba muy bien señalizado y hemos dado bastante vuelta, sobretodo en Gijón y en Avilés.
Hemos llegado a La Caridad sobre las ocho y media después de más de ocho horas en bici. Encima, el amigo Maikel, que para que llegase al final de la etapa hemos tenido que llevarle todo el rato como si fuera el jefe de filas, incluso engañarle en los kms que llevabamos para que no se parase en el siguiente pueblo, se ha duchado el primero en el humilde albergue de La Caridad y nos ha dejado sin agua caliente. Así que después de todo el día en la bici, ni una ducha caliente hemos tenido como recompensa.
Pero si bien no ha sido el día más bonito, ha sido el día que más hemos disfrutado con la gente. Cerca de Muros, nos hemos encontrado con Andoni Moreta, un bilbaíno que lleva casi un año andando por una promesa a una chica en coma. Ya sólo le quedan 15 días y afirma que está hasta los huevos y que cuando acabe no va a volver a andar más en su vida. Ésta es su historia,  http://www.elcorreogallego.es/santiago/ecg-h/camina-ocho-mil-kilometros-promesa-estudiante-coma/idEdicion-2008-11-26/idNoticia-369128/, es la msma noticia que lleva impresa en una fotocopia y que ha tardado segundo y medio en enseñarnosla. Nos ha encantado la señora del albergue de La Caridad, un derroche constante de simpatía y cariño; o los cuatro peregrinos catalanes, con los que hemos coincidido comiendo en Soto de Luiña, que las habían pasado también canutas e incluso les robaron una bici en Castro, aunque salieron de Irún una semana antes que nosotros.
En resumen, que esto es una gozada, duro muy duro, pero una gozada. Las piernas aguantan (por lo menos a dos de nosotros) y ya sólo nos quedan dos días en principio para llegar a Santiago. Mañana más pero menos kms, espero.   
P.D.: he vuelto a pinchar; que siempre sea el mismo...

martes, 22 de septiembre de 2009

Etapa 4: Llanes - Cabueñes. Esfuerzo insuficiente.





Distancia: 104,5 kms
Distancia acumulada: 521 kms
El día amanecía soleado y nos llenaba de ánimos para afrontar la larga etapa de hoy. La idea era llegar hasta Avilés, pero finalmente nos hemos tenido que quedar en un camping al lado de Cabueñes, a 5 kms de Gijón. Hoy el camino nos ha puesto a cada uno en nuestro lugar. Constantes subidas y bajadas a través de sendas preciosas y pedregosas bordeando la costa asturiana primero, y caminos de cabras entre los bosques más tarde, nos han impedido avanzar a buena velocidad. Auténticas paredes, impracticables para las bicis debido al barro y las piedras, hemos tenido que atravesar para poder llegar de Ribadesella a Villaviciosa a comer. Se nos ha hecho larguisimo el tramo de la mañana ya que varios kms hemos tenido que bajarnos y empujar las bicis; incluso hemos tenido que saltar varias vallas de parcelaria. Pero hemos disfrutado como enanos con los descensos por los bosques sorteando piedras y barrizales. Bueno, creo que disfrutar, sólo he disfrutado yo, ya que era el único que ha acertado con los neumáticos. Estos chicos llevaban ruedas demasiado estrechas para estos caminos. Con todo, hoy he sido yo el que ha sufrido una caída, para completar el triplete. Afortunadamente, todas las caídas hasta ahora han sido sin consecuencias mayores que unas pequeñas contusiones.
Al final, hemos llegado a Villaviciosa a las cuatro y media, y nos han dado de comer de chiripa, a costa de hacerle quedarse media hora más a la cocinera del hotel Casa España.
A la tarde hemos subido un par de altos por el bosque y ésto ha terminado por rematar a nuestro nuevo compañero Maikel. Un pajarón de campeonato ha estado a punto de hacerle desfallecer. Pero bueno, así esperando a Maikel, a Asier y a mí, nos daba tiempo para echar unas sidras.
Total, que nos hemos tenido que quedar antes de Gijón porque sino íbamos a perder a un integrante.  Mañana esperamos recuperar algo de terreno para completar el objetivo de llegar el viernes a Santiago , aunque eso dependerá de nuestras fuerzas.
Sigo animado aunque en las fotos salga desencajado, claro que si te sacan una foto nada más subir un puerto, pues puede llegar a parecer que las estás pasando canutas, y puede que así sea. Pero estamos disfrutando mucho, también sufriendo, ya que el camino es muy duro, pero las piernas siguen respondiendo y el sufrimiento es necesario para obtener la satisfacción posterior al esfuerzo.
Mañana más y mejor.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Etapa 3: Santander - Llanes. Así sí.

Distancia: 125,5 kms
Distancia acumulada: 416,5 kms

Y el cuarto día se hizo la luz. Después de tres días de verdadero infierno, hoy todo a acompañado. Nos ha respetado la mecánica, las fuerzas, la magnifica señalización,  ... , pero sobretodo, el timpo. Y es que así sí se puede andar en bici. En líneas generales ha sido un día.espléndido para ir disfrutando de todo, del Camino, de los paisajes, de la gente, ... Pese al desagradable comienzo de este viaje,  que duda cabe que está siendo una experiencia increíble, y los lugares y caminos que estamos recorriendo espectaculares.
Hoy hemos atravesado pueblos tan bellos como Santillana del Mar, Comillas, San Vicente de la Barquera y Llanes, nuestro destino de hoy. Los paisajes espectalures cántabros se mezclaban con unas durísimas rampas a traves de los montes cercanos a la costa. Hoy, en líneas generales, la etaa ha sido algo más suave que las anteriores, pero hemos atravesado verdaderos caminos de cabras (bueno como todo el camino que llevamos), que han hecho caerse un par de veces a Maikel, el nuevo integrante, y una a Asier. Yo me he conformado sólo con la picadura de una abeja.
Al final, los kms van pesando; ayer no descanse bien y hoy las cuestas se me atragantaban, pero estamos en Llanes según lo previsto y lo hemos celebrado con una cena por todo lo alto llena decabrales y sidra, pero que de mucho cabrales y de mucha sidra.
Hoy, hemos tenido hasta suerte con el alojamiento, ya que hemos cogido las últimas plazas del albergue; será que ya hemos expíado suficientes pecados de esta vida y de anteriores. Mañana más y con que sea igual de bien que hoy me conformo.
.D.: disculpar lo errores tipográficos, pero es que escribir toda esta chapa en el móvil me cuesta bastante.
P.D.2: añado la foto de ayer con Rafa en Pobeña, que no se porque no se publicó.  

Etapa 2: Lezama - Santander. Objetivo cumplido.

Distancia: 125 kms
Distancia acumulada: 291 kms

Esa es la frase, objetivo cumplido. Cuando nos marcamos las etapas a realizar, concretamos estar el domingo en Santander para recoger al tercer integrante de la expedición. Después del fiasco del viernes, la empresa se presumía complicada y nadie daba un duro por nosotros. Después de muchas penurias, aquí estamos, sanos y salvos.

La mañana se presentaba aciaga. Seguía lloviendo a cantaros claro. Hemos partido de la casa rural Matsa de Lezama sobre las 10:45, muy tarde aunque justificado por las penurias del día anterior. Se nos ha ocurrido no desayunar para hacerlo en Bilbao, y el primer puerto entre Derio y Bilbao se nos ha atragantado. Desayuno en el café Toledo de la Gran Vía bilbaína (peregrinos sí, pero con clase) y todo seguido hasta Portugalete. Después de dormir en Lezama, dos realistas como nosotros, hemos pasado por la virgen de Begoña y más tarde por San Mamés. Sólo nos ha faltado ir a Ibaigane para haber visitado los símbolos más importantes de los leones.

Después de Portu, hemos pasado por Muskiz hasta Pobeña, ya en Cantabria. Allí hemos recibido la visita de mi buen amigo Rafa, con el que hemos comido. Inmensas gracias por la comida y por las magnificas indicaciones que nos han permitido llegar sin perdernos (cosa poco habitual hasta ahora). Encima, después de comer y ya de camino hacia Castro, nos ha vuelto a visitar en el alto de Saltacaballo para demostrar así, que en coche se va muy rápido y muy seco, y en bici muy despacio y muy mojado. Porque no sé si lo he dicho pero, seguía lloviendo. Llega un momento, en que ya eres inmune al frío y a la lluvia. Tienes tanta tensión en los músculos que pierdes la sensibilidad en las piernas, sólo las puedes girar, acostumbradas a no hacer nada más en todo el día. Voy a intentar limitar mis quejidos, pero es que las hemos pasado canutas. ¿No había más semanas para llover en todo el verano? ¿Tenía que llover todo ahora?

Más tarde pasando Castro, hemos recibido otra estupenda visita. Víctor, amigo de Asier, nos ha encontrado camino de Allendelagua. Es un gustazo encontrarte con amigos por el camino, porque lo que es peregrinos, muy poquitos. Entre que el camino no es tan transitado como el Francés, que no son fechas tan habituales, y la que lleva cayendo desde el viernes, los peregrinos parece que se esconden. Así que muchas gracias Víctor por la visita y por los ánimos.

Desde Castro hemos llegado hasta Laredo bajo el diluvio universal. Ya en Laredo, hemos cogido un barquito en el puntal hasta Santoña. Mención aparte merece el barquero. Poco menos que nos echaba la bronca por usar su servicio de transporte hasta Santoña (eramos los únicos claro). ¡Qué le íbamos a manchar el barco de arena! Porque claro, este barco lo coges en plena playa y hemos tenido que meter los pies en el mar. Encima nos cobra de más por llevar las bicis. A ver chavalote, o te quejas o nos cobras, pero las dos cosas no, que no tengo el coñ... pá farolillos.

Desde Santoña hemos tomado dirección Somo y mientras subíamos el puerto de Ajo el milagro: hemos visto el sol por primera vez desde que salimos el viernes en Irún. Nos hemos quitado los chubasqueros de la emoción, pero aún así todavía chorreando del agua recibida hemos seguido hasta Somo. Allí hemos subido a otro barco para alcanzar Santander. Ya eran las 20:30 y de noche otra vez, pero lo habíamos conseguido. Había momentos bajo la intensa lluvia y subiendo algún puerto, que nosotros mismos pensábamos que no llegábamos hasta Santander. Y es que ayer salvamos más de 2100 metros de desnivel, y hoy han sido otros 1600. En general, la etapa ha sido muy dura, aunque algo menos que el infierno de ayer. Se agradece que la mecánica te respete un poco y te de una tregua, aunque no sé cómo he llegado hasta Santander con la cubierta medio reventada. También se agradece, la mejor señalización de esta etapa y que la mayoría de los caminos eran asequibles para nuestras bicicletas comparado con los de ayer.

En Santander nos esperaban Mou y Maikel con los brazos abiertos y una cubierta de repuesto. Así da gusto. Al final Mou, no va a poder hacernos de coche escoba, pero nos ha alegrado verle. Así que a partir de mañana, vamos ya los tres integrantes definitivos del viaje a la espera de que el tiempo acompañe. Esperamos llegar hasta Llanes, y celebrarlo con Sidra y cabrales. Seguimos con buenas piernas y con ánimos, así que mañana más y seguro que mejor.




domingo, 20 de septiembre de 2009

Etapa 1: Donosti-Zamudio. Hemos conocido el infierno.





Distancia: 135 kms
Distancia acumilada: 166 kms

Si os preguntáis dónde está el infierno, yo os lo puedo decir: está en algún punto entre Donosti y Lezama. Después de los 31kms de ayer, hoy han sido 135kms auténicos rompepiernas. ¡Que subidas! ¡Que caminos!
El día empezaba bien, desayunando en el albergue veíamos que no llovía y nos empezamos a animar. Queríamos recuperar en parte el desaguisado del día anterior, pero el destino nos tenía preparadas unas cuantas sorpresas. Nada más salir, se ponía a llover, ... la primera en la frente. Después de cunfundirnos de camino y desandar un par de kilometros empezamos a subir Igeldo. Seguía lloviendo. Llegamos a Zarautz y después de un café hemos ido a reparar mi bici a una tienda para evitar futuras desgracias. Seguía lloviendo. Durante la reparación parecía que dejaba de llover, pero eso sólo fue hasta que salimos de la tienda. Totalmente empapados, pero por fin con las bicis a punto, pasamos por Zumaia en dirección Deba. Y entonces a punto de llegar a Deba, he pinchado y medio he reventado la cubierta. Seguía lloviendo. Con la cubierta en ese estado ya no he vuelto ha sentirme cómodo en ninguna bajada. Reparada la avería, hemos atravesado Deba y Mutriku y hemos llegado a la hora de comer a Ondarru. Seguía lloviendo. Hemos sufrido bastante totalmente mojados y con mucho frío, pero había que seguir. De Ondarru a Markina, y más tarde Bolivar y el monasterio de Zenarruza han sido nuestros siguientes destinos. Una visita breve al templo, refrigerio y a Munitivar. Seguía lloviendo. Al final y después de constantes subidas, hemos llegado a Lezama a través de Gernika y Larrabetzu. Seguía lloviendo.
Hemos salido a las 8:30 de Igeldo y hemos llegado a las 20:30, ya de noche, a Lezama. Seguía lloviendo. Después de interminables subidas, de bajadas peligrosas y resbaladizas, pinchazos, reventones, 100 litros por cm² de nuestro cuerpo, caminos impracticables llenos de barro y algún despiste de camino, ... el alberge de Lezama cerrado. De noche, chorreando, y con 130kms en nuestras doloridas piernas, ponte a buscar alojamiento. Y para colmo, el móvil de Asier estropeado a causa de la lluvia y el mío sin batería. Al final hemos encontrado una casa rural justo antes de desfallecer. Vamos, un auténtico infierno. La nota positiva han sido los increíbles parajes de los que hemos disfrutado,eso sí, lloviendo.
Pero puebas más duras que las de hoy serán necesarias para que no lleguemos a Santiago. Estamos reventados, pero seguimos animados y con buenas piernas, y eso después de lo de hoy, es mucho. Aún así, yo quería ir a Mallorca.
Gracias a todos los que nos han mandado ánimos hoy, son de gran ayuda. Por cierto, mañana está anunciada lluvia otra vez, ¡noooooo! Mañana más y mejor, que seguro que no es nada difícil.
P.D.: palabras de Asier: '¡A chaval que bajona! ¡Puto destino que encima me ha jodido el móvil, pero aún así quiero a lo koalas!'

viernes, 18 de septiembre de 2009

Prólogo Irún - Donosti. Desastre total.





Distancia: 31 kms
Distancia acumulada: 31 kms

Ni a Deba, ni a Zumaia, ni a Zarautz, ... hemos llegado a Donosti!! La verdad es que en las condiciones que ibamos poco más se podía hacer. Antes de salir, Iván, nuestro conductor hasta Irun se ha caído en el porche de mi casa presagiando lo que iba a ser una jornada aciaga. Hemos empaquetado todo en el coche y hemos partido en dirección Irun con retraso. Entre el atasco que había debido a varios accidentes provocados por la lluvia, lo que nos a costado preparar todo y el horrible tiempo, hemos salido desde el puente de Santiago de Irun, pasadas las cinco de la tarde. Deba y Zumaia quedaban descartados como final de etapa. La idea era llegar hasta Zarautz. Pero hoy no teníamos la suerte de nuestro lado.
Los caminos hasta Pasajes son durísimos. Mucha cuesta en la que nos patinaban las ruedas de atrás, y sobretodo mala señalización que nos ha hecho perdernos y dar un rodeo de 7 kms. Pero a parte de la infernal lluvia que nos a acompañado toda la tarde, lo peor estaba por venir. He sufrido una avería grave provocada por la parrilla que compré a última hora. Hemos consegudo llegar a una gasolinera cerca de Lezo con muchas dificultades y me he puesto ha arreglar el desaguisado con la inestimable ayuda del gasolinero. Al final hemos podido proseguir no sin dificultades y hemos llegado a Pasajes de San Juan. Allí hemos cruzado a Pasajes de San Pedro en barca (al final si que funcionaba la barca Mou) y todo tieso hasta Donosti. Ya eran las 8 de la tarde y no había otro remedio que pasar la noche en la bella Easo.
Había muchas calles cortadas debido al Zinemaldi y hemos aprovechado para mirar por qué 200 adolescentes gritaban sin descanso al lado de una alfombra roja en el Kursaal. Brad Pitt debía andar por ahí, pero había tanta gente que no hemos podido reconocer a nadie de tan lejos que estabamos. Y es que la bici nos impedía avanzar entre el tumulto de gente. He notado que la gente nos miraba raro, y no se porque sería.
Al final al albergue de la Sirena debajo de Igeldo. Ducha, cena en el hogar del jubilado de al lado y a dormir. Muchísimas gracias a la señora del hogar del jubilado por cierto, que nos ha dado de cenar tan tarde.
En fin, espero que mañana más y mejor, que no será muy complicado.


Llegó el Momento

Todo está preparado. La bici a punto, las alforjas preparadas, y las ganas intactas aunque el tiempo intenta desmoralizarnos un poco. Al final las alforjas me han pesado 7,8 kilos. No está mal, no quería llevar más de 10 y al final lo he conseguido rebajar bastante.


Salimos para Irún, ataviados con todos los bártulos y “disfrazados” de ciclistas. En hora y cuarto llegaremos al puente Internacional de Santiago que hace frontera con Francia y nuestro Camino de Santiago habrá comenzado. Nervios por la aventura; temor por la dureza de la prueba y la meteorología; pero muchas ganas de empezar. A la noche espero escribir como nos ha ido, lo que no tengo claro es desde donde escribiré. Esperamos llegar a Zumaia por lo menos, pero puede que nos tengamos que parar en Zarautz o incluso antes. El Camino dictará.

El Tiempo


¡Ay, el tiempo!! Después del verano más caluroso que recuerdo, vamos a salir en la peor semana, …en fin... Y es que las previsiones advierten que vamos a dejar el verano atrás pasados por agua. Está anunciado lluvia para todo el día de hoy en Gipuzkoa, está anunciado lluvia para mañana también en Gipuzkoa y en Bizkaia y está anunciado también lluvia para el Domingo en Bizkaia y Cantabria. Parece ser que el lunes empieza a mejorar un poco. Espero que los servicios de meteorología se equivoquen cuando predicen mal tiempo al igual que se equivocan cuando predicen bueno. Hoy no se han equivocado ni un ápice, llueve en Vitoria y mucho, y no ha parado ni un segundo; imagino que por Gipuzkoa no hará mucho mejor tiempo.


Nunca llueve a gusto de todos, y desde luego a mi gusto no está lloviendo. Pero el día ha llegado, y ya no hay vuelta atrás. Nos vamos a mojar y vamos a sufrir. Tendremos que coger más carretera de la prevista y es posible que no lleguemos a la meta anunciada, pero es lo que hay. “Nadie dijo que fuera fácil, ni que nos fuera a gustar”.

jueves, 17 de septiembre de 2009

Problemas de última hora y problemón


Empezamos por el problemón. Y es que lo peor que nos podía suceder antes de salir, nos ha pasado. Mou abandona el viaje por problemas médicos. No hay nada que hacer. Es un riesgo que se corre en cada viaje que haces, que te pueda pasar algo antes de salir, pero es que para realizar un viaje de estas caracteríticas, es obligado estar al 100%. De todos modos, parece ser que perdemos un compañero de bici pero ganamos un compañero de coche, con lo que a parte de no perder su compañía en el viaje, nos podemos aprovechar de que lleve el coche. Pero que duda cabe que es una pena. Ya no veremos el súper carro en acción por las costas cantábricas.
Como todo lo que se hacen sin una previsión y organización adecuadas, muchas cosas salen mal. Una de las cosas que más me ha preocupado ha sido la parrilla para poner las alforjas. La que me han dejado, tiene enganches para amarrarla a una bici de trekking, cosa que la bici de que dispongo no es. Por lo tanto a comprar parrilla nueva; claro que si se gestiona la parrilla con antelación pues no habría problema y podrías encontrar una parrilla adecuada; en cambio se complica cuando lo haces el penúltimo día a las 9 de la noche. Al final compras la primera mierda parrilla que crees que te puede valer, y luego tienes que improvisar una solución para adaptarla a la bici.
Las compras de última hora lo mismo; hecho con previsión y tiempo todo correcto, y si se te olvida algo hay tiempo de sobra para comprarlo. Pero cuando lo vas dejando y haces buena la costumbre española de dejarlo todo para el final, te encuentras con que no llegas a todo. Yo no he encontrado todavía las cubiertas que tenía pensado llevar al Camino (y salimos mañana); las he buscado en varias tiendas y grandes almacenes y nada, y ya no me queda tiempo para seguir buscando tienda por tienda.
Otro problema importante, que se podía haber evitado hecho con antelación es el carné de alberguista. Gestioné los carnés el viernes 4 de septiembre y me dijeron que en máximo 8 días estaban en nuestros buzones. Han pasado 13 días y no hemos recibido nada (y salimos mañana). En principio nos vale con la credencial de peregrino para pasar la noche en la mayoría de albergues, pero parece ser, que no en todos es aceptada. Llegar después de 120km de etapa a un albergue y que no te dejen dormir en él por no tener el carné de alberguista tiene que ser bastante jodido duro.
El principal problema va a ser la falta de preparación. Si hubiéramos pensado en hacer el viaje antes, o mejor aún, si una vez pensado en hacer el viaje, nos hubiéramos puesto a prepararnos como es debido, no tendríamos tantas dudas en estos momentos. Pero cuando tienes tiempo, tienes pereza, “que todavía que da mucho” –dices. Luego, vienen las prisas por entrenar ya que se hecha la fecha encima, y los que haceres diarios te lo impiden.Así que vamos a la aventura sin los suficientes kms en las piernas. 

Así que como ya dije, tarde y mal.

Agradecimientos

En un viaje como este, en el que eres tan inexperto, en el que no dispones de los medios ni el material para realizarlo, necesitas la ayuda de mucha gente. Vaya este post como homenaje para todas aquellas personas que nos han ayudado en algún momento a cualquiera de los cuatro; ya sea dejándonos algo tan básico como la bici o dándonos un simple consejo.

En mi caso particular he de agradecer muchas cosas. Como por ejemplo a Víctor, que me ha dejado su bici a un inconsciente como yo. Espero poder devolvérsela en mejor estado que del que la he recibido. A Michel, que me ha dejado las alforjas y la parrilla para llevarlas en la bici, cosa fundamental para no gastarse 60-80€ para una cosa que seguramente no vaya a necesitar más. Gracias a mi padre y a mi hermano, por sus consejos y sus préstamos en forma de ropa, que es otra de las cosas que es gastar dinero para luego no aprovecharlo. A mi convaleciente primo Oier, que me ha dejado su casco intacto; que está intacto porque el chaval sólo se cae de la bici cuando no lo lleva puesto. Gracias también a mi mecánico personal que me ha dejado la bici en perfecta forma; a mi masajista particular que me a permitido andar después de entrenamientos infernales; a Iván, que nos va a llevar a Asier y a mí hasta Irun; a consejeros como Jorge, Eduardo, Oscar, Iñaki, etc, seguro que me dejo a algunos (será que sus consejos no eran muy buenos), … No me acuerdo de más ahora mismo.

Lo dicho, gracias a todos. Espero poder devolver todo el material en perfecto estado. No prometo nada.

Preparación del material II

Todavía hay que llevar algunas cosas más, que son 8 días de viaje y muchos imprevistos posibles.
Dormir:
Para dormir, y a menos que nos caiga la noche muy lejos de uno, dormiremos siempre en albergues, con lo que sólo será necesario un saco de dormir, hay albergues que no tienen más que un suelo recién barrido para dormir. En otros hay camas incluso con almohadas y todo, por eso nos han aconsejado llevar una funda de almohada.
Herramientas para la bici:
Lo mejor de esto es que lo llevamos repartido. Más o menos vamos a llevar unas llaves allen y unas fijas, una llave de radios, cubiertas, tronchacadenas, parches y pegamento, bomba de inflado, aceite para engrasar la bici, desmontables y cámaras de recambio.
Documentación:
Imprescindible el DNI y la cartilla de la seguridad sosiá. Llevaremos también la credencial de peregrino y el carné de alberguista que nos permitirá dormir en los albergues.
Varios:
Llevaremos también alguna navaja suiza, por si nos atracan sobretodo; una linterna, detergente en tubo (para limpiar la ropa), imperdibles (para colgar la ropa mientras andamos en bici), bridas, papel higiénico, tapones para los oídos (que la gente ronca mucho, dicen), mapas y una guía del camino del norte.
Botiquín:
Nos han recomendado tantos medicamentos para llevar, que la verdad, podríamos ser una farmacia ambulante. Pero vamos, que llevaremos lo mínimo y porque lo repartimos entre los cuatro. Ibuprofeno, almax, reflex, gasas, esparadrapo, tiritas, betadine, agua oxigenada, vaselina, cacao y crema hidratante creo que será más que suficiente para solventar todos los imprevistos y sucesos que nos puedan ocurrir. Si nos pasa algo que no podamos arreglar con este botiquín… mala señal. Cruzaremos los dedos.
La bici:
La herramienta más importante que vamos a llevar al Camino. Imprescindible un repaso exhausto por un mecánico antes de partir. Puede evitarnos algún disgusto. Debe llevar un sillín cómodo, más o menos como para andar 8 horas al día sobre la bici (si es que existe un sillín así de cómodo). Llevaremos también dos bidones de agua y luces, que es muy recomendable (yo seré el único que no lleve), ya que te puede caer la noche en cualquier paraje perdido de la mano de Dios. A parte de esto, unos guardabarros y poco más. No debe ser nada del otro mundo, pero muy importante que los cambios cambien bien (parece una perogrullada pero te puede minar la moral que se te salten los cambios en plena subida), que frene bien y que las ruedas sean redondas. Hay que comprobar antes de salir que la rueda delantera gira a la vez y al mismo lado que el manillar.
En resumen, que con alforjas y todo, es casi obligado que el peso no supere los 10kgs. Así que marujas y marujos que llevan dos maletones para irse de fin de semana, abstenerse de hacer el Camino de Santiago. Al final, el Camino es disfrutar de los paisajes y de la gente y sobran la mitad de las banalidades que creemos necesarias. Estoy seguro que muchas de las cosas que llevamos no son realmente necesarias y estoy más seguro aún, de que la mitad de las cosas ni las usaremos. Pero tampoco se puede escatimar en todo, que somos 4 nuevos aficionados a la bici e inexpertos en las lides del Camino de Santiago.