La Preparación

Se puede resumir en un par de palabras: tarde y mal. No llegamos suficientemente preparados, y con las suficientes horas de bici como para afrontar el camino con garantías. A penas si llevamos 3 semanas saliendo en bici unos 3-4 días por semana (el que más). Sólo un día hemos simulado una etapa real del camino haciendo algo más de 120km. Claro que fue por carretera y según hemos leído, debe haber unos caminos la mar de empinados por la costa vasca.

Hay que tener en cuenta, que salvo uno de nosotros que hacía algo de bici, llevábamos años sin subirnos a una, si no contamos los paseos a la piscina o algún día tonto que vas a trabajar en verano en bici. El reto se pone complicado. Y es que aunque se esté en forma (que no creo que sea el caso), es más importante acostumbrar al cuerpo a estar horas encima de la bici, y ahí suspendemos los cuatro. Al final, como la vida, el camino pondrá a cada uno en su sitio. Eso sí, durante los kms de entrenamiento nos hemos recorrido la geografía alavesa de punta a punta.

 
A parte del entrenamiento, hay que preparar la logística, papeles, material, etc. Hemos tramitado el carné de alberguista, la credencial del peregrino (esa que te sellan para que puedas colgar en la pared si terminas) y las etapas a realizar. Un listado y acopio de material y chequeo de los albergues en los que previsiblemente podemos pernoctar. Como buenos principiantes en el ciclismo, hemos saqueado a familiares y amigos parar obtener todo tipo de material; y para aquellas cosas que no hemos encontrado prestadas, pues siempre está ahí Decathlon en su eterna sabiduría mercantil, para ofrecernos material de baja calidad a bajo precio.