lunes, 21 de septiembre de 2009

Etapa 2: Lezama - Santander. Objetivo cumplido.

Distancia: 125 kms
Distancia acumulada: 291 kms

Esa es la frase, objetivo cumplido. Cuando nos marcamos las etapas a realizar, concretamos estar el domingo en Santander para recoger al tercer integrante de la expedición. Después del fiasco del viernes, la empresa se presumía complicada y nadie daba un duro por nosotros. Después de muchas penurias, aquí estamos, sanos y salvos.

La mañana se presentaba aciaga. Seguía lloviendo a cantaros claro. Hemos partido de la casa rural Matsa de Lezama sobre las 10:45, muy tarde aunque justificado por las penurias del día anterior. Se nos ha ocurrido no desayunar para hacerlo en Bilbao, y el primer puerto entre Derio y Bilbao se nos ha atragantado. Desayuno en el café Toledo de la Gran Vía bilbaína (peregrinos sí, pero con clase) y todo seguido hasta Portugalete. Después de dormir en Lezama, dos realistas como nosotros, hemos pasado por la virgen de Begoña y más tarde por San Mamés. Sólo nos ha faltado ir a Ibaigane para haber visitado los símbolos más importantes de los leones.

Después de Portu, hemos pasado por Muskiz hasta Pobeña, ya en Cantabria. Allí hemos recibido la visita de mi buen amigo Rafa, con el que hemos comido. Inmensas gracias por la comida y por las magnificas indicaciones que nos han permitido llegar sin perdernos (cosa poco habitual hasta ahora). Encima, después de comer y ya de camino hacia Castro, nos ha vuelto a visitar en el alto de Saltacaballo para demostrar así, que en coche se va muy rápido y muy seco, y en bici muy despacio y muy mojado. Porque no sé si lo he dicho pero, seguía lloviendo. Llega un momento, en que ya eres inmune al frío y a la lluvia. Tienes tanta tensión en los músculos que pierdes la sensibilidad en las piernas, sólo las puedes girar, acostumbradas a no hacer nada más en todo el día. Voy a intentar limitar mis quejidos, pero es que las hemos pasado canutas. ¿No había más semanas para llover en todo el verano? ¿Tenía que llover todo ahora?

Más tarde pasando Castro, hemos recibido otra estupenda visita. Víctor, amigo de Asier, nos ha encontrado camino de Allendelagua. Es un gustazo encontrarte con amigos por el camino, porque lo que es peregrinos, muy poquitos. Entre que el camino no es tan transitado como el Francés, que no son fechas tan habituales, y la que lleva cayendo desde el viernes, los peregrinos parece que se esconden. Así que muchas gracias Víctor por la visita y por los ánimos.

Desde Castro hemos llegado hasta Laredo bajo el diluvio universal. Ya en Laredo, hemos cogido un barquito en el puntal hasta Santoña. Mención aparte merece el barquero. Poco menos que nos echaba la bronca por usar su servicio de transporte hasta Santoña (eramos los únicos claro). ¡Qué le íbamos a manchar el barco de arena! Porque claro, este barco lo coges en plena playa y hemos tenido que meter los pies en el mar. Encima nos cobra de más por llevar las bicis. A ver chavalote, o te quejas o nos cobras, pero las dos cosas no, que no tengo el coñ... pá farolillos.

Desde Santoña hemos tomado dirección Somo y mientras subíamos el puerto de Ajo el milagro: hemos visto el sol por primera vez desde que salimos el viernes en Irún. Nos hemos quitado los chubasqueros de la emoción, pero aún así todavía chorreando del agua recibida hemos seguido hasta Somo. Allí hemos subido a otro barco para alcanzar Santander. Ya eran las 20:30 y de noche otra vez, pero lo habíamos conseguido. Había momentos bajo la intensa lluvia y subiendo algún puerto, que nosotros mismos pensábamos que no llegábamos hasta Santander. Y es que ayer salvamos más de 2100 metros de desnivel, y hoy han sido otros 1600. En general, la etapa ha sido muy dura, aunque algo menos que el infierno de ayer. Se agradece que la mecánica te respete un poco y te de una tregua, aunque no sé cómo he llegado hasta Santander con la cubierta medio reventada. También se agradece, la mejor señalización de esta etapa y que la mayoría de los caminos eran asequibles para nuestras bicicletas comparado con los de ayer.

En Santander nos esperaban Mou y Maikel con los brazos abiertos y una cubierta de repuesto. Así da gusto. Al final Mou, no va a poder hacernos de coche escoba, pero nos ha alegrado verle. Así que a partir de mañana, vamos ya los tres integrantes definitivos del viaje a la espera de que el tiempo acompañe. Esperamos llegar hasta Llanes, y celebrarlo con Sidra y cabrales. Seguimos con buenas piernas y con ánimos, así que mañana más y seguro que mejor.




1 comentario:

  1. Ánimo, gudaris,ya habéis hecho la peor parte. A partir de ahora, a disfrutar del viaje, que empieza el buen tiempo a partir de mañana y, además, pasáis por Cantabria (cocidito), Asturias (fabaditas) y Galicia (marisquito). Estoy por coger la bici y daros alcance sólo por los avituallamientos.
    Un abrazo, campeones.

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